Esta hormona no solo controla la glucosa, también promueve el almacenamiento de grasa si se produce en exceso o se inyecta en grandes dosis.
Reducir azúcares, hacer ejercicio, dormir bien y cuidar tus niveles de vitamina D mejora tu sensibilidad a la insulina y ayuda a controlar tu peso.
Conocer cómo actúa la insulina puede cambiar tu salud para siempre.
El “mal del puerco”, esa somnolencia que aparece después de comer, está ligado a picos de glucosa en sangre. Para evitarlo, se recomienda: combinar carbohidratos con proteínas y grasas saludables, caminar tras comer, elegir carbohidratos complejos, controlar porciones, beber agua y evitar postres azucarados. Con estos hábitos simples, puedes mantener tu energía estable durante el día y decirle adiós al bajón post comida.
El índice glucémico (IG) clasifica los alimentos según su impacto en tu azúcar en sangre. Elegir opciones con IG bajo —como avena o lentejas— te ayuda a mantener energía estable, controlar el apetito y reducir riesgos de diabetes. Cocinar al dente y combinar con proteínas y grasas saludables puede mejorar aún más sus beneficios.
✨ Julia te enseña a comer rico, sin picos de glucosa y con más equilibrio.
No se trata solo de qué comes, sino de cuándo lo comes dentro de tu plato. Diversos estudios han demostrado que iniciar tus comidas con vegetales y proteínas, y dejar los carbohidratos al final, puede ayudar a mantener estables los niveles de glucosa en sangre.
Este hábito, conocido como "orden nutricional", beneficia no solo a personas con diabetes, sino a cualquiera que busque mejorar su energía, controlar el apetito y prevenir picos de azúcar después de comer.
Pequeños cambios, grandes efectos.