Come Papas y Arroz Sin Culpa

¿Eres de los que ama el arroz y las papas, pero te preocupa que suban tu glucosa? ¡Buenas noticias! Existen trucos sencillos (y respaldados por la ciencia) para seguir disfrutándolos sin que tu azúcar se dispare. Aquí te los cuento.
1. Cocina, enfría... ¡y recalienta!
Sí, suena raro, pero funciona. Cuando cocinas arroz o papas y los dejas enfriar (incluso en el refri por varias horas), el almidón se transforma en algo llamado "almidón resistente". Este tipo de almidón actúa como fibra: no se digiere tan fácilmente y reduce el impacto en la glucosa. Luego puedes recalentarlos y seguir obteniendo este beneficio.
El arroz frito del día anterior es menos glucémico que el arroz recién cocido. ¡Un win para tus antojos asiáticos!
2. Acompáñalos con grasas y proteínas
Nunca comas arroz o papas solitos. Añadir aguacate, aceite de oliva, huevo, pollo o pescado ayuda a que la digestión sea más lenta, lo que modera la liberación de glucosa en sangre.
3. Agrega vinagre (sí, en serio)
Un chorrito de vinagre de manzana o limón antes o durante la comida puede ayudar a reducir la respuesta glucémica del cuerpo. Puedes mezclarlo con tu aderezo o poner unas gotas en el arroz.
4. Prioriza el orden de los alimentos
Empieza tu comida con vegetales o proteínas y deja el arroz o las papas para el final. Este orden retrasa la absorción de carbohidratos y evita picos bruscos de azúcar.
5. Prefiere versiones integrales o con piel
El arroz integral y las papas con cáscara contienen más fibra, lo cual ralentiza la digestión y ayuda a estabilizar la glucosa. Además, son más nutritivos.
Comer papas frías, como en una ensalada de papa, puede tener un impacto menor en tu glucosa que unas papas calientes recién hechas.
¿Listo para comer con gusto y sin sustos?